Ese sueño parece tangible,
y lo ves en su cara,
y lo sientes tuyo,
aunque no lo es,
no lo es,
no lo es.
Pareces reconocer su ilusión en ti,
emocionado viendo sus ojos,
y sientes que sus lágrimas de felicidad tambien son las tuyas,
pero no lo son,
no lo son,
no lo son.
A ti todavía te queda saber qué sueñas,
para salir corriendo a buscarlo y decir:
este sí que es,
lo es,
este es.