Nublado en la playa

Mi toalla en la arena
Una sombrilla
La crema en la espalda
Las gafas se sol...
Pero está nublado en la playa.
Desde este suelo se ve abajo el horizonte,
no hay bañistas,
solo un sonido de mar y olas.
Pero he venido
Y me quedo.
Pese a todo

La luz

Amanece,
Y en el nuevo día ya no hay lágrimas,
ni pena,
ni rabia,
ni abandono.
Llego con mis pasos al final
y me giro por un momento a ver el principio,
se parece a un sueño.
Voy caminando hacia la luz,
cada vez más blanca,
cada día más transparente.
Ahora peso menos
mis pies corren
mis pulmones vuelven a respirar.
Y todo sin ti,
solo yo.

Por primera vez, la luz,
es mía.

La ira

Se me nubla,
la vista, el oído, la garganta.
Se apaga el ritmo tranquilo,
para dejar espacio a mi ira.
Esa que me despeina,
que me sonroja,
la que me hace gritar por dentro que te detesto.

Y la rabia, su amiga incondicional, me susurra al oído todos tus defectos,
pero se olvida de los míos.

La Ira se mete en mi cama,
me desvela,
me lee los guiones que hay en mi cabeza,
los que dicen te odio,
los que dicen te dejo.

Respiro entonces aire cerca de mi pecho, lleno de amor escondido,
masacrado y empobrecido, triste ahora pero verdadero.
Y vuelve la calma.
Y mis pensamientos vuelven a ser fríos.
Entonces, otra vez más entras por la puerta y te sonrío.

La pérdida

Poco a poco lo estoy perdiendo
Se ha escapado ya aquel olor al respirarte
Te miro y casi no hay nadie,
un hombre más bien transparente,
difuminado y confuso.
Lo pierdo todo,
y dejo que se marche,
que se aleje en el infinito oscurecer de otra tarde más que he pasado contigo.
Aunque de verdad no estabas,
hoy tampoco
ni quizás mañana.

Todavía escribes?

Escribía, sobre ti, sobre mi, sobre nosotros
Ahora no.
El mundo ha girado sobre mi eje,
y ya no eres el centro.
Estás a un lado, a parte.
Escribía, siempre, sobre el amor
Ahora no
Porque el amor ya no es el centro
Lo he puesto a un lado, a parte.