1.4.13

soledad

Es fácil dormirse y soñar,
tan fácil como nadar en una piscina caliente.
Pero al despertar,
sientes que todo te falta,
que no tienes brazos,
ni corazón,
ni cara.
Nadie te toca, ni te abraza,
es esa soledad dolorosa,
la que se acuesta en tu otro lado de la cama.

Ojalá la almohada hablara...

Abres y cierras los ojos,
en el techo la lámpara.
Y una luz,
y un escalofrío,
te das la vuelta,
sacas los pies de las sábanas,
porque ahí estás tu.
Y eso es suficiente.


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