Esas manos grandes,
las que me sujetaron,
y los pies descalzos por los bancales de tu casa.
Conservo unas gafas tuyas en un cajón,
también una chaqueta verde con coderas.
Conservo tus ojos frente a un periódico,
y tu voz oscura,
la que me hacía dormir.
Ya no voy a peinarte más las ondas de tu pelo,
porque ya no estás,
se ha parado el tiempo en tu último abrazo.
Y yo todavía creo que sigues ahí sentado,
esperándome a que me suba en tus rodillas,
al paso, al trote, al galope...
en tus piernas tan fuertes,
tan íntegras como tu.
A Ramón, a mi abuelo.
10.2.07
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2 comentarios:
En la memoria retenida a través de tu retina se cuecen unos recuerdos valio sos y descriptibles. Hay otros que no poseemos este don...
AGRIDULCE
Con la certeza del que el tiempo de las lágrimas ya vuelve
El día se despide con un rayo agónico de luz
Violácea que se hunde en las nubes y las hiere
De incandescencia e incertidumbre
(Y hace agridulce la emoción)
Y antes de que la esperanza se diluya lentamente
Iré a asomarme a las ventanas imposibles del ayer
Con la sonrisa que el dolor nos roba en los atardeceres
De incandescencia e incertidumbre
Que hace agridulce la emoción
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